Estación intermodal de Quatre Camins |
La Comisión Europea otorga una gran importancia a su estrategia para reforzar la entidad política que supone la unión del continente europeo con el desarrollo de una potente red de infraestructuras que articule su extenso territorio de más de 4 millones de kilómetros cuadrados y una población que el año 2011 ya superaba los 502 millones de habitantes. El documento de trabajo (White Paper) Roadmap to a Single European Transport Area - Towards a Competitive and Resource Efficient Transport Area System, es el informe más reciente que he podido leer acerca de las políticas en infraestructuras europeas. Publicado el año 2011 por la Comisión Europea, este informe destaca la importancia de las infraestructuras del transporte sobre la actividad económica; en la creación de trabajo; el impulso del comercio; la mejora en la accesibilidad geográfica y la movilidad de los bienes, servicios y personas que transitan por su territorio. El documento al que hago referencia creo que puede resultar muy interesante porque hace un esfuerzo en proyectar y en planificar la visión que la Comisión Europea tiene del futuro sistema de transporte europeo, concretando las grandes líneas operativas a desarrollar en los próximos años, que pueden agruparse en 3 grandes bloques:
• En INFRAESTRUCTURAS:
Creación de un mercado europeo del transporte sobre la base del proyecto de infraestructuras TEN-T que reducirá las congestiones actuales de tráfico y mejorará sustancialmente la accesibilidad por todo el territorio europeo a pequeña y mediana escala (continental y regional).
• En ENERGIA:
Reducción de la gran dependencia que tiene el sistema de transporte europeo del petróleo y visualización de nuevas contingencias frente a la previsible escasez de combustibles fósiles en un futuro próximo (Peak oil). En el informe se destaca el dato que en el año 2010 la factura de las importaciones de petróleo en la Unión Europea fueron alrededor de 210 mil millones de €.
• En MEDIOAMBIENTE:
Reducción de la generación de gases de efecto invernadero que disminuyan las consecuencias del cambio climático.
Cuando este documento entra en detalle para cada uno de los tres grandes bloques se plantean metas muy concretas para las próximas cuatro décadas, hasta llegar al horizonte del año 2050, que he agrupado en 6 grandes objetivos como indica en el título de esta entrada.
1. Reducción de los gases de efecto invernadero en un 60% antes del 2050 para todo el sistema de transporte. Con un hito intermedio en el año 2030 para alcanzar el 20% de reducción de estos gases respecto a los producidos en el año 2008.
2. Cambio del modelo de transporte. Desarrollo de vehículos mucho más limpios, potenciación de los transportes colectivos, donde el transporte individual se utilizará esencialmente para “la última milla” de los desplazamiento, creación de líneas de ferrocarril de alta velocidad y corredores ferroviarios para el trasporte de mercancías especializados en las medias distancias, permitiendo una movilidad sin costuras sobre el territorio con una buena intermodalidad entre los diferentes medios de transporte. Un cambio de modelo de transporte basado en el uso intensivo de la tecnología, no sólo para mejorar las transferencias entre los diversos modos de desplazamiento, sino para mejorar sus infraestructuras (ITS, SESAR, ERMTS, SafeSeaSafety, RIS…) y alcanzar con este modelo la suficiente economía de escalas que permita la aparición de operadores logísticos multimodales y multinacionales.
3. Creación de una red multimodal de transportes entre las principales ciudades de la Unión, con corredores ferroviarios y de autopistas, potenciando el carácter intermodal de los puertos marítimos y de aguas interiores y conectando la red del ferrocarril de alta velocidad con la red de aeropuertos europea. Creación de un espacio aéreo único europeo, creación de un espacio ferroviario único y creación de un "cinturón azul" para la red europea de trayectos marítimos cortos.
4. Implantación de un transporte urbano sostenible, utilizando planes de movilidad en las ciudades o en las empresas y grandes instalaciones públicas, la utilización de billetes de transporte inteligentes y sistemas tarifarios por áreas y no según los medios de transporte que se utilicen, el car-sharing, los sistemas de park&ride cerca de grandes intercambiadores, la potenciación de la movilidad activa (caminar o ir en bici) y armonizar los movimientos de tráfico pendulares por movilidad obligada en las grandes áreas metropolitanas.
5. Mantener a la Unión Europea en el liderazgo mundial de la seguridad vial y laboral del transporte, desarrollando las políticas de seguridad, responsabilidad, accesibilidad y calidad de los servicios y puestos de trabajo en el sector del transporte y la logística. La UE tiene como objetivo reducir a la mitad el número de víctimas en las carreteras hacia el año 2020 y llegar a cero muertes a consecuencia del tráfico en el 2050.
6. Internalización de los costes del transporte. Los costes a escala global mediante la aplicación de tasas sobre el uso de la energía y la creación de un mercado de emisiones de gases efecto invernadero. Para los costes a escala local (ruidos, polución y congestión del tráfico) se establecerán “peajes” por el uso de las infraestructuras y se realizarán cambios fiscales en el sector bajo la premisa de que quienes contaminan pagan. Se establecen dos fases, la primera hasta el año 2016 en la que se revisarán las tasas aplicadas a las ventas de vehículos con motores de combustión: por una parte la aplicación de la directiva euroviñeta quienes lo usan, lo pagan y por otra modificando el hecho imponible de algunos tributos destacando el impacto ambiental que produzcan para discriminar positivamente a los vehículos más limpios. En una segunda fase (2016-2020) se consolidará esta política tributaria y también se internalizarán los costes por polución y ruidos en puertos y aeropuertos.
Obviamente el documento es mucho más extenso y los más interesados en estos temas pueden acceder al original a través del enlace que he puesto al inicio.
Con la crisis a través de los medios de comunicación nos llegan “globos sonda” de nuevos recortes y cambios en la fiscalidad aplicados a diversos aspectos de nuestra movilidad (un derecho que deben vigilar nuestros gobiernos). Muchas de estas medidas que nos anuncian son algo más que simples rumores provocados por gobiernos agobiados económicamente, pues forman parte de una estrategia diseñada desde Bruselas para alcanzar el cambio de modelo para nuestro sistema de transporte y movilidad, frente al que los gobiernos nacionales tienen poco margen de maniobra (por ejemplo retrasar la adopción de medidas como la euroviñeta, caso de España, o bien modificar los niveles de tributación que se pueden aplicar en diferentes tributos). Cada vez tendremos que estar más pendiente por todo lo que suceda en Bruselas, pues lo que allí pase será más importante que lo que se esté legislando en cualquiera de las capitales de los Estados miembros de la Unión.
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