sábado, 15 de febrero de 2014

Nuevas tendencias que afectarán a la movilidad: la infomovilidad y la softmovilidad

  


Si hay algo que realmente aprecio son esos ensayos en los que se realiza un esfuerzo por hacer una prospección de futuro tratando de imaginar cómo será lo que todavía no conocemos. Según la confianza que tengamos del autor del ensayo valoraremos dicho esfuerzo, si además es honesto. Porque a veces también existen intereses espurios que tratan de influir, cuando no de engañar. Siempre me han interesado esos autores que nos ofrecen su capacidad de análisis (y conocimiento) para imaginar las tendencias que influirán en el transporte y la movilidad, que si bien con el tiempo se pueden demostrar erróneas, cuando el esfuerzo ha sido argumentado sólo nos cabe agradecer la disposición del autor a exponerse al dictamen del tiempo.

El documento base que utilizo para escribir este ártículo se denomina 2010-2020 tendencias de cambio redactado por Juan Freire y Antoni Gutiérrez-Rubí, destacando todo lo que está vinculado a la movilidad y el transporte que se supone nos está esperando, como aquel que dice: "al doblar la esquina."


Según parece vamos de cabeza hacia una tecnología de la información que será totalmente accesible y ubicua tanto para las personas como para los objetos, porque será totalmente móvil. Todo aparato tecnológico tenderá a la reducción de su tamaño a extremos insospechados para ser portable. La tecnología digital formará parte de las cosas y de las personas como un atributo más, será casi transparente a nuestra percepción, pero muy necesaria para que funcione la mayoría de los objetos con los que nos relacionemos.

Según el documento referido, nuestros procesos productivos cambiarán con el desarrollo del cloudcomputing (computación en la nube) y el fabbing (fabricación individual y personalizada de objetos) mediante la masificación de tecnología 3D. Estos cambios
también modificarán nuestras pautas para desplazarnos; tanto personalmente siendo pasajeros como logísticamente con las mercancías.
 

Trabajar en entornos virtuales en Internet implica cambios organizativos tendentes a la creación de estructuras en red mucho más flexibles, sin grandes formalidades o instituciones que las amparen. Las propias plataformas digitales están permitiendo este cambio. Compartir tanta información en red y siempre disponible genera un empoderamiento de sus usuarios (George Amar). Este cambio de atributo en la movilidad significa que la información circula de viajero a viajero, sin control por parte de los medios de transporte que desplazan a esos pasajeros, pero cuya información puede tener una amplia repercusión en su modo de operar. Por otra parte la geolocalización desarrolla el concepto de realidad aumentada que cambia la relación entre el usuario y la realidad física que la envuelve a través del interfaz digital de su dispositivo (por ejemplo un smartphone), realidad que se "impregna" de información adicional allí donde se encuentre. Duane Bray (IDEO) afirma que no somos los primeros seres vivos que marcamos el territorio: las hormigas lo hacen con sus feromonas,  muchos mamíferos también lo hacen con sus orines y excrementos, nosotros los seres humanos ahora lo hacemos aplicando múltiples capas de información digital a los lugares y a los objetos.(¿Realmente inventamos o solo estamos innovando?).

Especialistas en movilidad como G. Amar mencionan el concepto de infomovilidad y softmovilidad para referirse a la aparición de información específica para desplazarse, así como de nuevas aplicaciones que potencian la manera de relacionarnos con nuestra necesidad de viajar (y para concretarlo con ejemplos estoy preparando un artículo sobre el Social Seating). Las tecnologías de la información y la comunicación no  quedan restringidas dentro del espacio virtual, pues están reinterpretando la relación que tendremos con nuestro propio espacio físico. Esa infomovilidad y softmovilidad no solo están afectando al funcionamiento de los medios de transporte, sino a la relación que éstos tienen con sus clientes, a la calidad del servicio, a su seguridad y a la fiabilidad
que ofrecen según sea percibida por sus usuarios. George Amar indica que cada modo de transporte tiene un conocimiento de uso diferente para sus usuarios. Cada vez la información deberá de ser más transparente para los usuarios (si hay un incidente se informará inmediatamente: con sus afectaciones, los cambios organizativos, las modificaciones, etc.) Este empoderamiento otorga claves que permite a los pasajeros tomar conciencia del problema o de la nueva situación que se está produciendo y adaptarse a la coyuntura, tomando decisiones de forma autónoma e individualmente. Una de las principales reclamaciones de los pasajeros siempre ha sido disponer de información para ser más libres a la hora de tomar decisiones ante determinados problemas o eventualidades mientras se desplazan; independientemente de si el medio de transporte es público o privado. 

El sentimiento de dependencia que los pasajeros tendrán de las empresas que operan los medios de transporte cada vez será menor en la medida que esos pequeños dispositivos móviles por donde fluye la información sean más confiables. Si a esta evolución añadimos la geolocalización, se dispone del conocimiento que nos permite disponer de alternativas para desplazarnos y poder tomar decisiones sin que nadie nos tenga que decir lo que hay que hacer. (Esta es una realidad de la que muchas personas ya hacen uso, pero se prevé que en los próximos años este "empoderamiento" de los pasajeros se masificará.)




La información 2.0 se multiplica exponencialmente y se incrementan los productores de información. Esta sobreabundancia de datos conducirá a una previsible saturación que podría compensarse con la aparición de "filtradores" o "referentes de confianza" que nos ayuden a discernir la información de calidad.(Freire&Gutierrez-Rubí).

Por otra parte G. Amar hace especial incapié en la inteligencia colectiva de la movilidad que ya es distribuida, y que sirve para el tratamiento de cuestiones complejas como la gestión de las congestiones de tráfico y la optimización de los flujos en el que participan las personas. Bruno Marzloff menciona el mestizaje entre lo virtual y lo real capaz de crear nuevos "territorios" como son las autopistas de la información y las granjas de servidores de información digital, donde aparecen nuevas formas de conectividad entre sus participantes. G. Amar afirma que la nueva movilidad prefiere la conectividad a la circulación, idea que coincide con la visión de Jeremy Rifkin sobre la próxima "edad del acceso". Estos nuevos enfoques perciben las redes de transporte a partir de sus nodos (básicamente sus estaciones) el lugar de los cambios modales. El viajero decidirá dónde "hacer estación" en función de su "nivel de conocimiento", y normalmente serán aquellas estaciones mejor conectadas, más eficientes y hospitalarias para las personas que por ellas circulen. La conectividad de una red de transporte física y digital será tan relevante como lo pueda ser la velocidad, la capacidad o la frecuencia de los medios de transporte que comparta.

Las tecnologías de la información y la comunicación serán el catalizador de una renovación en nuestra movilidad basada en los cambios intermodales sobre cualquier itinerario que realicemos, donde tanto vehículos como individuos estarán equipados de componentes de alta tecnología digital que a su vez inducirán a buscar los lugares (las estaciones) donde converjan conceptos como amabilidad, comunicación, conectividad, eficiencia, rapidez y seguridad. Cada vez estaremos más integrados en el sistema de tráfico genérico. Y si todavía no lo estamos suficientemente hoy, personalmente, creo que lo estaremos mucho más mañana.





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