Hasta no hace muchos años las páginas de Internet que utilizábamos solo se podían leer. Se entiende que aquellas páginas web 1.0 eran el primer grado de la evolución que hemos conseguido. Después llegaron las páginas en las que podíamos interactuar, las denominadas web 2.0, y con ellas irrumpieron en Internet con fuerza las redes sociales, donde constantemente estamos relacionándonos. Muy pronto comenzaremos a navegar por entornos web 3.0 que explotarán todavía más la movilidad de la información y su interoperabilidad, generando inmensas bases de datos que recogerán toda nuestra huella digital en la red, a la que seguiremos conectados aún sin saberlo.
George Amar indica que con la diversificación de ofertas, los tipos de movilidad y las ocasiones que las propician provocarán un mayor grado de incompetencia en muchas personas por la complejidad que adquieren estos nuevos medios. Tendremos que aprender a movernos en unas realidades diferentes a las de hoy. Creo que no será una buena solución adoptar la estrategia del avestruz y negar esta evidencia, pues los avances en movilidad también incrementan nuestras capacidades y productividad. Perdernos en un lugar significa desperdiciar tiempo, y no siempre nos podemos permitir ese lujo. Por otra parte esos dispositivos móviles que nos conectan a la red están transformando el tiempo de transporte en tiempo de trabajo, de ocio, de relaciones, de compras... en tiempo que nos resulta útil.