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¿Cómo aplicamos estos valores en el tráfico?
Valores como los que acabo de enumerar los deberíamos aplicar cada vez que conducimos un vehículo por la red de carreteras pública o por las calles de nuestras ciudades. Es tan aconsejable aplicar estos valores mientras conducimos...
Conducir es la suma de unas aptitudes y capacidades determinadas por nuestros sentidos, nuestros conocimientos, nuestras habilidades y nuestras experiencias. Sin embargo conducir no sólo es eso, también tiene una gran componente subjetiva que depende de la personalidad del individuo y de su estado de ánimo, que a la postre desarrollará su estilo de conducción. Un estilo que está totalmente dominado por los factores sociales y emotivos consustanciales a nosotros, a nuestra forma de ser.
De igual manera que cuando elegimos un coche lo hacemos tomando en cuenta aspectos técnicos y económicos muy racionales, también tomamos aspectos más inconscientes, pues indirectamente tratamos de comunicar a otras personas cómo somos a través de nuestro coche. Y de la misma manera cuando elegimos un estilo de conducción estamos mostrando a los demás cómo queremos que nos vean.
Se pueden tener excelentes habilidades o conocimientos técnicos para conducir un vehículo, y sin embargo ser un pésimo conductor por el estilo de conducción elegido.
La conducción antisocial
La Fundación attitudes ha publicado varios estudios donde especialistas en el comportamiento humano analizan lo que ellos denominan conducción antisocial. Yo me quedo en este post con esta clasificación que hacen según sus diversos grados de maleficencia:
Mientras formamos parte del tráfico podremos encontrarnos con conductores que practican estos estilos de conducción antisocial, que pueden ser consecuencia del estado de ánimo que tengan en ese momento, del tipo de educación recibida o de su personalidad.
- La conducción ofensiva que no llegaría a ser delictiva. La provocan las personas con muy mala educación y produce emociones muy desagradables a quienes la padecen.
- La conducción negligente que se produce cuando no se presta atención o hay una relajación en el respeto de las normas de circulación. Las infracciones de tráfico que comete este estilo de conducción suelen ser graves.
- La conducción temeraria que se produce cuando ya existe dolo y conscientemente se desprecia cualquier norma de circulación. En este caso las infracciones son muy graves y pueden tener consecuencias penales cuando los conductores son identificados.
Un problema importante contra el que luchar es lo contagiosa que resulta la conducción antisocial cuando no existe un compromiso moral firme por respetar las normas de circulación.
El tráfico forma parte de nuestra civilización. Vivir en civilización significa obtener un bienestar y una seguridad que de otra manera sería muy costoso. Sin embargo vivir en civilización tiene un precio: la convivencia con los demás y el respeto a las normas que la garantizan. Aunque siempre hay listos que se niegan a pagar ese precio por vivir en una sociedad civilizada.
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